Todas las viviendas se
complementan con una forma de cubierta que es parte de la personalidad y
carácter de su arquitectura. Los techos metálicos con estructuras metálicas de las viviendas cumplen varias
funciones útiles, pero también decoran o sirven de protección en los hogares.
Estos materiales de
construcción y las técnicas o sistemas innovadores hacen hoy de los techos una
estructura metálica funcionales y estética. A continuación, la historia de los
techos metálicos y su paso a lo largo de los años.
Los techos con estructura metálica aparecen
en la década de 1840 y 1850. En aquellos años el uso del metal como material
para techo era desconocido. Antes del boom de uso de los techos metálicos estos
se elaboran mediante procesos de refinación de hierro a acero, estas
estructuras metálicas eran hechas únicamente a mano, y se fabricaban en pocas
cantidades.
Una de las primeras viviendas
en utilizar esta estructura metálica fue en la cuidad de Varsovia, en Polonia
1701. Lo que se puede apreciar en las imágenes es que la cubierta esta formado
por pequeños paneles metálicos que corren desde el tope del techo hasta el
borde del alero.
Cada pieza del panel posee a
lo largo un labio y una costilla que en aquellos años se utilizaba como engranaje
para unir las planchas metálicas.
.
Por ejemplo, el trabajo de superponer y ajustar, era la de la costilla que ocultaba la fijación de la cubierta. Estas se utilizaban de arriba para abajo siguiendo la silueta del techo. Esta técnica de juntar no es algo, en realidad era un estilo de techado metálico usado ya a mediados del siglo 17, aunque recién prevaleció a mitad del siglo 20 cuando aparece el cobre que era un material más rentable.
En la actualidad el metal es el material que más se utiliza, esta técnica para techar es el acero, pero también se aplica otros metales, como aluminio, y cobre, aunque este es más caro. A mediados del siglo 19, en los Estado Unidos comenzaron a usar los techos de acero galvanizado para las casas y edificios más lujosos.
Un estadounidense llamado William Kelly se le atribuye ser uno de los inventores de la producción moderna de acero, a través del proceso de inyección de aire en hierro fundido, en la década de 1850. Un proceso similar fue descubierto independientemente por Henry Bessemer y patentado en 1855.
Este descubrimiento dio luz a
la industria del techado de metal, en 1857, el pánico financiero asustaba a los
empresarios, pero una compañía que ya había licenciado el proceso de Bessemer
pudo comprar las patentes de Kelly y obtener ambas licencias bajo un solo
esquema con el nombre Bessemer.
Estas estructuras metálicas han
mejorado mucho desde el descubrimiento de Kelly, sin embargo, el acero
galvanizado corrugado sigue siendo utilizando para el techado en muchos países
del tercer mundo y en vías de desarrollo. Dicen que "la necesidad" es la madre de la
invención. Estas necesidades por crear techos surgió por la escasez de madera y
otros materiales, y por un deseo de mejor la carga de la estructura en la
viviendas.
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