Tanto en los barcos como en la
minería y los puentes, son indispensables el uso de cables de acero para las distintas
prácticas en las que son destinados. Estos cables se encuentran compuestos por
hilos de alambres enrollados por el borde de un núcleo conocido con el nombre
de ‘alma’.
Cada cable se caracteriza de otro
por diversos factores como el tamaño, el estilo de trenzado, el número de
cuerdas o el tipo de acero que utilizan, necesitando con ello un constante
mantenimiento para evitar su desgaste producto de la oxidación o la corrosión
del material.
Para evitar este último, se
requiere que estos cables hayan sido fabricados bajo un recubrimiento
galvanizado que lo proteja por largos años de todo elemento externo producido
en el ambiente. Y para prevenir lo primero, es necesario tomar en cuenta la
importancia de lubricar o realizar un buen mantenimiento a los cables de acero.
Lubricación de cables
Sabemos que una de sus
principales funciones consiste en proteger a los cables de las corrosiones y
fricciones. Para ello, debemos tomar en cuenta cuáles son los tipos de lubricantes
que existen. Dentro de ellos tenemos: los lubricantes penetrantes y los de
recubrimiento.
Lubricantes penetrantes
Este tipo de lubricante almacena
una cantidad considerada de petróleo que se inserta en el alma del cable para
que luego se evapore y con ello lubrique cada hilo de los alambres.
Lubricantes de recubrimiento
En este caso, los lubricantes van
a introducirse en el cable para que bombee todo el lubricante hasta llegar a la
parte del extremo del troquel que tuerce los cables en el torón y estos queden
muy bien cubiertos hasta sellar todo su exterior para protegerlo de la humedad
y partículas externas.
Para ambos casos, se hacen uso de
distintas grasas que tienen por lo general una consistencia suave como son el
sodio, litio y el complejo de aluminio. Su función va a ser envestir toda la
parte del cable hasta introducir la grasa que va a ser realizada por medio de
lubricadores de presión, esto lográndolo gracias a su fluidez que remueve todos
los elementos dañinos del exterior. Para ello, estos se tendrán que realizar
desde el proceso de su fabricación.
Ya posteriormente pasando un
determinado tiempo, se puede volver a hacer un mantenimiento ya que el
lubricante que se le colocó en un inicio pierde su efecto debido a la carga,
flexión o estiramiento que se haya hecho con el cable. Hay otro tipo de
lubricantes que contienen aceites minerales y vegetales que permiten de mejor
manera la penetración al cable, esto gracias al diseño del aditivo; produciendo
así una mejor protección a los cables de acero.
Es necesario entonces, efectuar la
lubricación en los cables de acero para puentes, minerías, barcos, entre otros
y así poder ahorrarnos el riesgo a deteriorar esos cables que nos sirven de
soporte para nuestras cargas.
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